RESILIENCIA Y VIOLENCIA DE GÉNERO

 




RESILIENCIA, según la Real Academia Española, es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. En psicología se añade a esta definición que gracias a ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas y también salir fortalecidas/os de ellas. La resiliencia supone poner el foco de atención en las capacidades internas o externas que una persona puede tener o desarrollar para salir fortalecida de un proceso traumático.

Según la autora Edith Grotberg (1995), define "la resiliencia como la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superándolas o incluso ser transformado y transformada por ellas. Es parte del proceso evolutivo y debe ser promovida desde la niñez." La autora destaca el componente ambiental, en contraste a otras definiciones que destacan que requiere entrelazar factores biológicos y ambientales para su desarrollo.

Stefan Vanistendael apunta que "la resiliencia no es un rebote, una cura total ni un regreso a un estado anterior sin heridas. Es la apertura hacia un nuevo crecimiento, una nueva etapa de la vida en la cual la cicatriz de la herida no desaparece, pero si se integra a esta nueva vida en otro nivel de profundidad."


En relación con la violencia de género, no se destaca o ha prestado suficiente atención a la resiliencia en mujeres víctimas de ésta violencia, a sus capacidades y habilidades que tienen las mujeres para afrontar esta situación con una respuesta de resiliencia, y se ha centrado mayormente el interés en entender e intervenir en las secuelas de la violencia de género. Hay investigaciones recientes que indican que la resiliencia se asocia a un menor número de síntomas asociados a la violencia de género. 

¿Qué cualidades, estrategias y habilidades forman parte de la resiliencia individual? (Erikson, 1989; Wolin, 1993; Melillo, 2002, citados en Forés y Grané, 2008 y Grotberg, 2006) 

- Confianza en una/o misma/o y en los/las demás. 
Ayuda a construir e implicarse en nuevas relaciones interpersonales, resolver conflictos y pedir ayuda.

- Autoestima e Identidad. 
Reconocerse los propios logros, conocerse y aceptarse a una/o misma/o.

- Introspección, Reflexión y Sentido Crítico. 
Elaborar una crítica constructiva de lo que nos pasa.

- Independencia y Autonomía. 
Fijar límites entre una/o misma/o y el medio con problemas;  la capacidad de mantener la distancia emocional y física. Tomar decisiones, ver que se pueden cometer errores y aprender de ello. 

- Capacidad de relacionarse. 
Habilidad para establecer vínculos e intimidad con otras personas.

- Iniciativa y Aplicación. 
Disfrutar de ponerse retos y a prueba con actividades accesibles, y llevarlas a la práctica.

- El Sentido del Humor y las Emociones Positivas. 
Amortiguar sentimientos negativos y sobrellevar situaciones desagradables. Cuidarse y respetarse a sí misma.

- Creatividad. 
Capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. Ayudaría a tomar distancia del sufrimiento e integrar todo lo que ha pasado en nuestra historia de vida.

Durante el proceso devastador de la violencia de género, el maltratador va minando y anulando todas estas cualidades de resiliencia de la mujer, interfiriendo en que puedan adquirirlas y desarrollarlas los/as hijos/as.
Por lo que, las cualidades y estrategias de resiliencia que presentan mujeres víctimas de violencia de género, tanto si están inmersas o ya han finalizado con la relación de violencia, que serían de suma importancia para tenerlas en cuenta o destacarlas en el proceso de recuperación de ellas mismas serían (Instituto de la mujer, 2011) (Walding y Young, 1993)

- La instrospección, toma de consciencia de la situación, visión de otras perspectivas y un proceso de toma de decisiones.
- Mantenerse activas favoreciendo el control, independencia y autonomía.
- Realizar lo que les haga sentirse bien consigo mismas y con sus vidas.
- Recomponer redes sociales y recuperar las relaciones interpersonales. 
- Escucharse, reconocerse y quererse a sí mismas, para mantener su autoafirmación, seguridad y autoestima. 
- Perseverancia. 
- Confianza en sí mismas.
- Ecuanimidad.
- Fortalecer mecanismos de protección.
- Manejo adecuado de la soledad y enfrentarse al miedo.
- Fortalecer capacidades de afrontamiento.
- Buscar ayuda.

Los testimonios de mujeres sobrevivientes de la violencia de género que han desarrollado respuestas resilientes manifiestan que su desarrollo y recuperación personal se llevó a cabo tras reconocer que sufrieron dicha violencia, aprendieron a confiar en sus capacidades, se sentían satisfechas de sus pasos y logros, se sentían capaces de enfrentarse a situaciones estresoras, canalizaban positivamente el miedo, expresaban y manejaban adecuadamente sus emociones, se sobreponían a situaciones adversas, y fortalecían sus mecanismos de autoprotección y su autoestima. 



"Amurallar el propio sufrimiento, 

es arriesgarte a que te devore desde el interior".


"Pies para qué os quiero, si tengo alas para volar". 


(Frida Kahlo)





 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ENTORNO RURAL

VIOLENCIA SEXUAL, ICEBERG Y MITOS.