VIOLENCIA SEXUAL, ICEBERG Y MITOS.

 

VIOLENCIA SEXUAL

CONCEPTO, ICEBERG Y MITOS DE LA VIOLENCIA SEXUAL


La prueba de la necesidad urgente de avanzar en la consecución real de la igualdad entre mujeres y hombres lo demuestra el hecho de que aún no se ha conseguido eliminar la violencia de género. La violencia contra las mujeres es la manifestación más cruel de la desigualdad y las relaciones de poder (en cualquier ámbito, social, económico, cultural…) de los hombres sobre las mujeres. Se trata de una violencia de naturaleza estructural que se dirige contra la mujer por el mero hecho de serlo. Esta violencia menoscaba el disfrute de sus derechos humanos y libertades fundamentales y es un obstáculo para la plena realización de la igualdad entre mujeres y hombres.

Entre las diferentes manifestaciones de la violencia de género nos encontramos con las agresiones sexuales o violencias sexuales ejercidas contra las mujeres de diferentes formas.

La violencia sexual es una de las manifestaciones de violencia de género que más afecta a la población adolescente y joven, y se puede dar tanto en el entorno físico como en el virtual. Por violencia sexual consideramos todo acto sexual contra la voluntad de otra persona, lo que incluye cuando una persona no da su consentimiento o cuando el consentimiento no se puede dar por cualquier motivo (ser menor, estar bajo los efectos de drogas o alcohol…). En las mujeres adolescentes y jóvenes nos encontramos con situaciones de acoso sexual, iniciación sexual forzada, ciberacoso, grooming, sextorsión y violaciones. Según datos de ONU MUJERES aproximadamente 15 millones de niñas y mujeres de entre 15 y 19 años en todo el mundo habrían sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas y entre el 45% y el 55% de las mujeres de la Unión Europea ha sufrido acoso sexual desde los 15 años de edad.



La violencia sexual abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la intimidación a la fuerza física. Es todo acto sexual contra la voluntad de otra persona, cuando una persona no da su consentimiento o cuando el consentimiento no se puede dar por cualquier motivo (ser menor de edad, estar bajo los efectos del alcohol o drogas...), independientemente de la relación con la víctima y del contexto donde se produzca, en la vida privada o pública.

Se consideran en todo caso agresión sexual los actos de contenido sexual que se realicen empleando violencia, intimidación o abuso de una situación de superioridad o de vulnerabilidad de la víctima, así como los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuya situación mental se abusare y los que se realicen cuando la víctima tenga anulada por cualquier causa su voluntad.

 La violencia sexual incluye pero no se limita a lo siguiente:

  • Violación en el matrimonio o en citas amorosas; violación por desconocidos o conocidos; insinuaciones sexuales no deseadas o acoso sexual (en la escuela, el lugar de trabajo, etc.);
  • Violación sistemática, esclavitud sexual y otras formas de violencia particularmente comunes en situaciones de conflicto armado (por ejemplo fecundación forzada)
  • Abuso sexual de personas física o mentalmente discapacitadas; violación y abuso sexual de niños; y formas “tradicionales” de violencia sexual, como matrimonio o cohabitación forzados y “herencia de viuda”.
Existen una serie de mitos en torno a la violencia sexual, que son necesarios desterrar para conseguir afianzar el rechazo hacia este tipo de violencia y así conseguir eliminar una de las manifestaciones más crueles de las desigualdad y las relaciones de poder de los hombre sobre las mujeres. 

Mito 1: La víctima tiene la culpa

  • La manera de vestir, cuánto alcohol decide tomar, con quién elige salir, cómo se comporta o cómo elige vivir su vida no convierten a una persona en responsable en caso de ser violada. La única persona culpable de una violación es el violador.

Mito 2: La ropa y la actitud contribuyen a la violación

  • La violación es una vulneración de la integridad física y la autonomía sexual de una persona y, como tal, es un delito que nace de la acción del violador, NO de la víctima. (En respuesta a: “Con la ropa que llevaba, lo estaba pidiendo”, “estaba tonteando”, “aunque fuera una violación, es culpa de la víctima”, “no se puede decir que un/a trabajador/a sexuales sea violado/a”, etc.).

Mito 3: No decir "no" es decir "sí"

  • Es responsabilidad de ambas partes asegurarse de que cada una ha consentido. La ausencia de un “no” no es un “sí”; sólo un “sí” entusiasta significa “sí”. Hay distintos motivos por los que una persona puede no ser capaz de decir “no”, y cada quien puede reaccionar de forma diferente a la violencia sexual. 

Mito 4: Solo las mujeres sufren violaciones

  • REALIDAD: Aunque la mayoría de las víctimas son mujeres y niñas, cualquier persona, de cualquier género, puede ser víctima de violación. 

Mito 5: Haber tenido relaciones previas implica consentimiento

  • REALIDAD: Salir con alguien, ir a casa con esa persona, o haber mantenido relaciones sexuales previas no significa necesariamente que se haya otorgado consentimiento para mantenerlas en esa ocasión concreta. 

Mito 6: Las violaciones son provocadas por desconocidos

  • REALIDAD: En la mayoría de los casos, los violadores son las parejas de las víctimas, sus exparejas o sus amigos. . El porcentaje de violaciones en el ámbito de la pareja (7,8 %) es superior al de fuera de ella (2,2 %). Además, en el 80% de las agresiones sexuales existía un vínculo entre la víctima y el agresor.

Mito 7: Las violaciones solo se producen por la noche

  • REALIDAD: En la mayoría de los casos, las violaciones ocurren en casa de la víctima, cerca de su casa o en casa de una persona conocida.  Las viviendas son el lugar donde se cometen la mayoría de las agresiones sexuales (60,1%), seguido del espacio público por un 20,2%. Además, el 54,8% de las agresiones tuvieron lugar de noche, pero el 45,2% ocurrieron de día.

Mito 8: La violación no provoca daños

  • REALIDAD: Violar a alguien es un delito que puede causar un daño muy profundo. Se suele pensar que la violación no es un “delito real”, o que las víctimas denuncian una violación simplemente cuando se arrepienten de haber mantenido relaciones sexuales, PERO lo que convierte a la violación en delito son sus consecuencias físicas y emocionales y la agresión que supone para la integridad física y la autonomía sexual. 

Mito 9: Las víctimas de violación mienten

  • REALIDAD: Las víctimas deben mostrar mucho valor y fortaleza para denunciar una agresión ante la policía. Merecen ser creídas; deben recibir el apoyo al que tienen derecho, y los hechos que denuncian deben investigarse de forma exhaustiva. 

Mito 10: La violación real se denuncia inmediatamente

  • REALIDAD: La mayoría de las personas supervivientes no denuncian las violaciones. Quienes denuncian o cuentan su historia a menudo lo hacen varias semanas, meses o incluso años después de la violación. Sus experiencias siguen siendo válidas e importantes. Solo se conocen el 10 – 20% de las agresiones sexuales. De cada 100 denuncias, solo 8 terminan con sanciones penales. Además, se ha estimado que un individuo que haya cometido un delito sexual tiene una probabilidad de un 5% de ser detenido, acusado, reconocido culpable y condenado a una pena de prisión o similar.

Mito 11: La violencia sexual no es algo común

  • REALIDAD: La violación es mucho más común de lo que la gente piensa, y afecta a las mujeres de forma desproporcionada. En la Unión Europea (UE), una de cada 20 mujeres de más de 15 años ha sido violada. Eso representa alrededor de 9 millones de mujeres. También en la UE, una de cada 10 mujeres de más de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia sexual. Las mujeres que sufrieron una agresión sexual con penetración fueron 1.942 en 2022 lo que significa que 5 mujeres son violadas al día en España.

Mito 12: Los hombres no sufren violaciones

  • REALIDAD: Es importante que reconozcamos que la violación tiene una dimensión de género y adoptemos un enfoque de género, que tenga también en cuenta las necesidades específicas de los diferentes tipos de víctimas de violencia sexual. Las medidas que sirven para empoderar a las mujeres y niñas también benefician a los hombres, a las personas no binarias y a las de todos los géneros que sufren violencia sexual. El 96% de los responsables de estos delitos de violencia sexual son hombres.

Mito 13: Las trabajadoras y trabajadores sexuales no son víctimas

  • REALIDAD: Las trabajadoras y los trabajadores sexuales tienen derecho a dar o negar su consentimientos participar en cualquier tipo de actividad sexual y, por tanto, pueden sufrir violaciones como cualquier otra persona. Cuando acuerdan recibir dinero a cambio de sexo hablamos de actos consensuados, no de violaciones ni violencia.

Mito 14:  Si "realmente" no quisiera, se resistiría. 

  • REALIDAD: Existen diversas reacciones o técnicas evidenciadas: Solo el 22% de las sobrevivientes se resistía a la violación peleando y gritando. La mayoría (56%) trató de suplicarle, mientras que otras personas se quedan paralizadas.


Poner fin a la violencia de género y a sus diversas manifestaciones, como las agresiones sexuales, es una tarea que nos concierne a todas las personas, siendo uno de los mayores retos de nuestra sociedad.

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