LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE NO SEXISTA
LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE
NO SEXISTA
Por ello queremos acabar el año hablando de una de nuestras metas, la inclusión del lenguaje, dar pautas para que este sea incluyente no sexistas. Dando alternativas que nos permitan decir lo que necesitamos sin excluir, a decir adiós al masculino genérico, reconfigurar nuestra visión y expresión androcéntrica.
Es
mucho lo que tenemos en juego, estamos dando un paso
histórico hacia una igualdad para hacerse presente en el día a día de cada una de nosotras y nosotros. Pues bien, en
esta etapa decisiva, legitimar cualquier uso discriminatorio y excluyente de
nuestra lengua supone dar carta de naturaleza a la ideología que lo justifica.
El lenguaje inclusivo, va más allá de incluir «X» y arrobas en el lenguaje o realizar desdoblamientos. Se trata de hablar y escribir de un modo inclusivo y no sexista, de devolverles a todas las personas el poder de definirse, independientemente de su sexo o condición.
Incorporar
una perspectiva de género, significa integrar en cada intervención el
objetivo de la igualdad de género y la consecución de formas de participación y
representación igualitarias para mujeres y hombres.
Tenemos presente que el lenguaje
no es neutral, ni secundario en ningún caso; durante
muchos años hemos hecho uso de un lenguaje que es susceptible también de
generar discriminación de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres. Por
su parte el de los espacios comunicativos, con su variedad
de textos y documentos, debe reflejar necesariamente el protagonismo compartido
de hombres y mujeres en estas tareas, así como hacerse eco de mensajes y
contenidos que permitan avanzar en igualdad.
Existen varias alternativas que se proponen para un uso no sexista del lenguaje, todas permitidas por la estructura y las leyes de funcionamiento del castellano, hay algunas más afianzadas y asumidas ya por una mayoría de hablantes, mientras en otros casos se oscila entre diversas variantes, en espera de ver qué solución lingüística se impone.
Los recursos en función del objetivo serían obtener un lenguaje neutro o común, destacar ambos géneros o evitar tópicos sexistas. Sin duda, la opción elegida será la que visibilice más nítidamente la diferenciación de hombres y mujeres, por ser una exigencia de la comunicación y de la representación.
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